Sobre los extremos de la vida

El mes pasado estuve rotando por el servicio de geriatria, en lo que probo ser una verdadera experiencia. Lo maximo que tuvimos fueron 17 pacientes y realice mis primeras guardias ¨dentro¨ del hospital. Una experiencia fisica y emocionalmente desgastante. Lo que mas recuerdo de ese mes yo creo fueron algunos pacientes (una de 99 años y otra de 86) que tenian unas ulceras por presion de otro mundo. La primera, doña Lolita padece de Mal de Parkinson y tiene ulceras trocantericas asi como sacras la cual me toco curar varias veces. No habia nada mas que hacer con ella en el hospital sin embargo habia problemas entre sus hijos y nadie se queria responsabilizar de ella. Tenia un hijo que se quedaba con ella todos los dias, realmente un tipo nefasto, tuvimos varios problemas con el debido a su irresponsabilidad. La otra paciente, Ma Guadalupe, abandonada por sus familiares en el hospital y la cual se rehusaba a comer. A veces le cantabamos y comia unos tacos de barbacoa que conseguiamos en la esquina. Tenia unas ulcer trocantericas terribles, la de la derecha alcanzaba a denotar su protesis de femur. La combinacion de piel, tejido celular subcutaneo, fascia, musculo y metal, aunado a esa sala oscura y triste parece salido de una novela de horror. El olor, algo verdaderamente desagradable, y los gritos al curarlas era aun mas dificil de soportar. A los dias siguientes cuando termine mi rotacion ambas de habian ido, la verdad espero que les vaya bien, en donde sea que esten, aunque no dudo que se conviertan en ¨frequent flyers¨ del hospital. Por varias semanas despues de curar esas ulceras todo lo que comia y lo que olia me recordaba a esas ulceras. Lo mas temible ocurrio dos dias antes de salir. Un hombre con una pierna totalmente gangrenada y con miasis (gusanos) escurriendo a traves de la piel. Verdaderamente repugnante, y me toco hacerle la curacion. La verdad quedo bastante bien aunque ya no supe si despues habrian de amputarle el pie. Espero en Dios que si lo hayan hecho, esa no es forma de vivir.

Este mes de septiembre me encuentro en el otro extremo de la vida, en los recien nacidos. La tococirugia es muy ocupada y salen chiquillos como si fueras pizzas, la mayoria de ellos sanos, algunos prematuros, otros malitos, pero ninguno muerto aun.

Me resulta un poco contradictorio y paradojico el sentimiento general en estos servicios. Los viejitos se encuentran abandonados, mal cuidados, mal aseados, en fin en el completo olvido generando asco para mas de una persona mientras que los bebes generan ternura y no importa como huelan, siempre hay alguien ahi cuidandoloso. Por alguna razon ahora todo me huele y me sabe a vermix caseoso...

Supongo que es parte de la ley de la vida, dependemos de alguien cuando nacemos y cuando morimos de viejitos tambien. Debemos dar gracias por ser independientes y que podamos vivir sin ataduras de alguien mas. Aprendamos a respetar los extremos de la vida ya que algun dia fuimos o seremos parte de ellos.

Sobre las guardias, muy pesadas em ambos servicios. Sin embargo el area de recien nacidos esta casi nueva y desentona bastante con las salas del repartidor. Sin embargo, debajo de esos murales de Gabriel Flores hay un misticisimo como no se siente en ningun otro lugar. La historia de la medicina en esas paredes, con los pabellones que parecen sacados de un libro de la Segunda Guerra Mundial, adquieren vida propia por las noches. Los gritos, la agonia, la sangre, la vida y la muerte, son parte de lo que ahi ocurre. Como a las 4 am estas salas tienen una luz muy baja casi como si fuera una iglesia, como si aquel monstruo de emociones durmiera y descansara, solo para despertar en un rugido de ventiladores, quejidos, llantos, monitores y voces en un par de horas mas.

-Osler